Después del nacimiento, las mujeres están especialmente sensibles y sufren de frecuentes cambios emocionales. Es importante que la familia se reorganice para liberar por un tiempo a la mamá de algunas tareas, con el fin de que ella pueda descansar y dedicarse a su bebé.
Es bueno que todos en la familia sepan que durante este período es posible que la mamá:
- Esté feliz y se ponga triste en poco tiempo
- Llore con mayor facilidad
- Esté irritable o enojona
- Esté decaída o desanimada
- Tenga sueño o insomnio
- Sienta miedos
- Tenga dificultades para enfrentar situaciones cotidianas
Si te sientes muy triste y desanimada, es importante que lo consultes con tu médico o matrona, porque es común que durante el puerperio las mujeres puedan presentar estados depresivos. La depresión tiene tratamiento y está cubierta por las garantías explícitas de salud (GES – AUGE).
No gastes energías tratando de ser perfecto(a). Ama a tu hijo e hija y disfruta de su compañía. Trate de ser el mejor padre, madre o cuidador(a) que puedas.
Los adultos cuidan mejor de sus hijos e hijas cuando también se cuidan a sí mismos(as). Preocúpate de comer bien, descansar lo suficiente, tener espacios de recreación, aprender y hacer cosas nuevas, divertirte, estar solos/as, aunque sea algunos minutos cada día, hablar y estar con otras personas, satisfacer tus necesidades de amor y sexualidad.
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Cualquier cambio en la vida puede producir estrés. El estrés es la manera en que nuestro cuerpo reacciona a la sensación de que la vida está fuera de control. Cada persona reacciona al estrés de manera diferente. A algunos les vienen erupciones en la piel, dolores de cabeza o de espalda. Otros se sienten cansados(as), enojados(as), malhumorados(as), deprimidos(as), nerviosos(as) o culpables. Todo el mundo tiene un poco de estrés en su vida.
No se puede evitar, pero hay cosas que se pueden hacer para manejarlo mejor:
- Es necesario tomarse las cosas con calma.
- Duerme la siesta al mismo tiempo que los niños.
- No guardes dentro de tí misma(o) tus pensamientos ni tus emociones.
- Encuentra alguien con quien hablar. Una persona que te escuche con atención te ayudará a ver más claro tus problemas. Trata de hablar con tu pareja o con alguien de la familia. Habla con tus familiares, amigos(as), vecinos(as).
- Cuídate.
- Come bien.
- Se activo(a).
- Evita el consumo de alcohol y el tabaco.
- Cambia lo que puedas.
- Comparte las tareas con tu pareja.
- Sal y haz algo que te guste.
- Pide ayuda para manejar las cosas que no puedes cambiar solo(a).
- Dirígete los servicios comunitarios, grupos de ayuda como la Liga de la Leche, centros de atención para familias, disponibles en tu red comunal.
- Contacta a un profesional en centro de salud.
- Llama a FONOINFANCIA de manera gratuita para resolver consultas urgentes sobre crianza: 800 200 818.
Pide ayuda profesional:
- Si nada parece poder levantarte el ánimo.
- Si te sientes triste, culpable e inútil, casi todos los días durante más de 2 semanas.
- Si te sientes demasiado cansado(a) y triste para preocuparte de cualquier cosa, de tu apariencia personal, de lo que haces o lo que comes.
- Si pareces incapaz de concentrarte en algo o pensar con claridad.
- Si te cuesta vivir normalmente la vida cotidiana, no puedes dormir, no tienes ganas de levantarte por la mañana ni de vestirte ni de salir.
- Si notas que te alejas de las personas que te importan.
- Si te sorprendes pensando en la muerte o el suicidio.
- Si piensas que no vas a poder cuidar bien de tu bebé.
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